A menudo, los/as profesionales que trabajamos con grupos de personas, como los/las docentes, nos vemos inmersos/as en el dilema de la participación; es decir, por un lado, deseamos que las personas o nuestros/as alumnos/as participen, pero por otro, somos conscientes, de que tomar parte activamente en una situación determinada, implica una serie de actitudes en quien decide participar, e inevitablemente, en el resto de personas presentes, lo que revierte en una nueva situación. Por ello, a continuación pasamos a analizar qué esconde realmente la palabra «Participar».
Participar implica apertura, extroversión, voluntad e interés de la persona que decide hablar o iniciar una determinada situación de comunicación; también de quienes escuchan u observan. La participación necesita transparencia, claridad y permeabilidad para tener un conocimiento real y profundo de la situación o del tema en cuestión, lo que facilita la comunicación. También implica una actitud de flexibilidad, reflexión y tolerancia, por lo que debe basarse en la confianza de todas las personas que conviven en torno a la situación de participación.
Además, exige cierto compromiso, para quien decide participar y para el resto del grupo, con lo que es imprescindible la corresponsabilidad de todos/as los/as presentes.
En definitiva, la participación puede provocar un cambio de valores y actitudes, y ello es posible mediante la gestión de los riesgos derivados de la participación, de los miedos que genera tomar la decisión de participar. Es decir, aquellos miedos que subyacen en todas las personas: inseguridad, miedo al ridículo, a ser cuestionado/a, al fracaso, etc.
Para los/as profesionales que trabajamos con grupos sociales, la participación siempre es un reto, pero es un mecanismo de comunicación que debemos potenciar, porque reporta muchos beneficios:
BENEFICIOS DE LA PARTICIPACIÓN
- Hace que las personas se sientan escuchadas.
- Estimula nuevas ideas y enfoques sobre un mismo tema o situación.
- Ayuda a ganar confianza en uno/a mismo/a.
- Ayuda a responsabilizarse de tus propios actos y decisiones.
- Crea la oportunidad de compartir conocimiento y experiencia.
- Ayuda a entender cómo se funciona en sociedad.
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